
Su nombre se debe a que en el pasado habitaban en la isla focas monje o fraile del mediterráneo (conocidas también como lobos marinos),
Es un islote de unos 6 km² de superficie y 13,7 km de litoral, situado a 2 km al noreste de Fuerteventura y a 8 km al sur de Lanzarote, islas separadas por el estrecho de la Bocaina.

La elevación mayor en el extremo oeste se corresponde al volcán o caldera, de 123 metros de altitud. Las jorobas son hornitos, pequeñas bocas eruptivas de escorias lávicas negras y rojizas que salpican buena parte de este islote.

El canal que separa Fuerteventura de Lobos, cuya profundidad no excede de los 10 metros, se conoce como «El Río» o «Paso de la Orchilla».
La pequeña isla se encuentra protegida en su totalidad y forma el Parque Natural del Islote de Lobos. Alberga más de 130 especies vegetales y varias especies de aves, destacando la gaviota argéntea, la avutarda (en determinadas épocas del año) y la pardela cenicienta.




Pasear por Lobos es adentrarse en un mundo de lava oscura y blanca arena. Son elementos de paisaje familiares en Canarias, y sin embargo, en Lobos se siente un ambiente diferente. El camino, bien arreglado y señalizado, conduce primero al nuevo centro de interpretación, desde donde continúa bordeando pequeños conos volcánicos de cuyos flancos de picón y áspera lava azabache o rojiza surgen grupos de añosas tabaibas dulces. Destacan como vistosos manchones verdes en invierno, pero durante la larga estación seca, durante la cual no tienen hojas, sus tortuosos troncos se encuentran perfectamente mimetizados en el entorno pétreo. Los conos están separados por extensiones de malpaís y depresiones de terreno llanas con suelo limoso, en las que vive una interesante comunidad de plantas halófilas, es decir, amantes de ambientes salinos.

En las praderas de halófilas destacan dos especies de siemprevivas, Limonium tuberculatum es muy ramificada y llega a medir 60-70 cm de altura. Desde cierta distancia parece una aulaga, pero al acercarnos en la época de floración en primavera vemos que está cubierta por montones de inflorescencias rosadas que la identifican inmediatamente. Vive en el litoral sahariano y en Canarias, donde tiene en Lobos sus poblaciones más amplias.



Limonium papillatum por el contrario no suele levantarse más de un palmo del suelo. Los ejemplares jóvenes tienen una roseta basal de hojas ovaladas, pero en los adultos, cuyas escasas ramas se arquean hacia los lados, terminando en vistosas inflorescencias igualmente de color rosa, se reducen a minúsculas escamas.






